domingo, 2 de febrero de 2014

Un Domingo Cualquiera



Escondí mi perdón en el fondo de vuestras miradas. Mientras os daba la espalda. Tentativas de vida. ¿Dónde puedo esconder el cadáver Pepito Grillo? Los síntomas de desesperanza iban tiñendo mis renglones. Reconstruyéndome de nuevo, mis pasos me llevan a Teruel. Gracias Carlos De la Torre. Nunca me quebraré. Tengo lo que quiero cuando lo quiero, lo que pasa es que en ocasiones no distingo bien, bien, lo que quiero. La tristeza iba borrando mi rastro en el desierto de esperanzas. Un aplauso mitad caricia, mitad latigazo. He aprendido muchas cosas, pero pocas me sirven para mi propósito: ser feliz. Leonard Cohen bailaba con las palabras esa tarde de un domingo cualquiera de la vida de uno cualquiera. Está semana, en Marisana me han llamado jefe, y el estrés ha llegado a su cumbre. Puta crisis de los cuarenta.

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